EL FLAMENCO Y SU EXPRESIÓN, YA SEA A TRAVÉS DEL TOQUE, BAILE O CANTE, SUPONE UNA CATARSIS DE SENTIMIENTOS Y EMOCIONES.
Su fuente de emotividad es la pena profunda o la alegría, dos polos opuestos. Como dijo de la primera emoción Tía Anica la Piriñaca, “el cante bueno duele y cuando canto la boca me sabe a sangre”, o bien, como sentencia Pedro el Granaíno acordándose de Enrique Morente: “no canto por cantar, es que no encuentro otra forma más hermosa de rezar”.
Se dejan a continuación algunas imágenes que dan muestra de ello y que han inspirado al alumnado para elaborar murales y cartelería en relación con ellas en la materia de a Educación Plástica (y que mostraremos más adelante):
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